Hotel Palacio Sant Salvador (Artà, España)

Palacio Sant Salvador

Tómese su tiempo para echar un vistazo y descubrir el encanto tan particular de nuestra casa, para verificar después ‘en vivo’, durante su primera visita, que es tan bella como usted se imaginaba. En el noreste de Mallorca el pueblo medieval de Artà, uno de los más hermosos de la isla, ha conseguido conservar su carácter originario y su encanto hasta el día de hoy. El pequeño palacio Ca’n Epifanio, lleno de historia y tradición, situado a los pies de la iglesia fortificada de Sant Salvador, alberga hoy una verdadera joya, un hotel muy poco común con solo 7 junior suites y una suite, un bar y restaurantes de renombre en la isla, idílico jardín mediterráneo con piscina y la emblemática fachada que se atribuye al maestro Antoni Gaudí. Ubicado en una zona muy tranquila de la aldea, casi al lado de la majestuosa iglesia Transfiguraciò del Senyor y muy cerca del nuevo parque natural Península de Llevant, pero solo a cinco minutos a pie del centro. El inusual diseño de la casa con sus atrevidos colores y la manera como lo esmeradamente restaurado se combina con lo moderno, la convierten en única y hacen destacar a esta ‘perla’. La peculiar historia de nuestro pequeño palacio Ca’n Epifanio: La voluptuosidad tiene forma. Y tanto. Rubens lo reflejó perfectamente en sus obras. Aquella idea que la curva es la representación por excelencia de la belleza fue asumida por Gaudí. Y aquí comienza la historia de Can Epifani. Parece, según la versión popular, un poco amante de la letra impresa, que el constructor de este edificio, amigo personal de aquel joven aprendiz de arquitecto llamado Gaudí, le encargó el diseño de una fachada para una casa que se quería construir en un pequeño pueblo de Mallorca donde, en aquellos momentos, había una verdadera fiebre de rivalidad constructora entre la vieja oligarquía terrateniente y los indianos que venían de las Américas cargados de dinero. Así pues, Gaudí se empeñó en ese diseño curvilíneo, con esa idea de belleza, de eternidad. Dejando en la parte frontal del edificio un gran espacio, un jardín donde desde sus sombras se pudiera contemplar la armonía de líneas y el juego de simetría conferida por las curvas. Todo un mensaje de los nuevos tiempos que se abrían con el cambio de centuria. Antoni Picazo i Muntaner. Historiador Y 110 años después otra vez un amigo de la casa se encarga del diseño del ‘castellet’, como se llama la casa en Artà. En la reforma completa y transformación en hotel, el pintor y escenográfo Zezo interpreta el interior en el estilo del pintoresco modernismo, pinta el hall con el sol que va a ser el emblema del nuevo hotel, crea para el salón un mural con las tres Gracias, encarnaciones de sol, luna y estrellas. Él, contribuyó con su labor, a que naciera un hotel que destaca por su amor al detalle, muchos elementos artísticos, su creatividad – pero sobre todo, por poner un gran énfasis en la hospitalidad.